“Es difícil mirar hacia el futuro mientras estamos en medio de la crisis”.
Sin embargo, expertos en todos los ámbitos (economía, salud, sociedad) lo están haciendo y los especialistas en Estudio de Futuros, que nunca dejamos de mirar al futuro, nos estamos esforzando más que nunca en analizar, entender y anticipar el mundo que nos va a dejar la crisis sin precedentes que ha supuesto la pandemia.
El informe Delphi, coordinado por el Instituto de Estudios de Futuros de Copenhague es uno de esos esfuerzos, de gran utilidad para prepararnos para lo que viene. En él, 28 expertos en Estudios de Futuros, Estrategias de Previsión, negocios, economía y política han aportado conocimiento colectivo, insights y perspectivas sobre lo aprendido por la crisis del COVID-19, dejándonos importantes reflexiones en todos los ámbitos.
Entre otras reflexiones sobre salud, logística y economía, una de las cuestiones más importantes que se han puesto sobre la mesa tiene un calado muy profundo. El informe plantea lo siguiente: ¿Cuál de las siguientes declaraciones es más probable que suceda?
Declaración A: Para 2030, la crisis del COVID-19 habrá estimulado una mayor solidaridad mundial, una colaboración más fuerte y reforzado un mundo abierto.
Declaración B: Para 2030, la crisis del COVID-19 habrá acelerado un orden global más desintegrado y habrá creado un mundo menos abierto.
Para contestar esta pregunta, pongámonos en contexto. Más allá del COVID-19, la era de la globalización, la interconexión y el multilateralismo ha estado amenazada por el proteccionismo, el populismo, las tensiones geopolíticas y el cambio climático.
La pandemia, sin duda, va a tener una gran influencia en inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro. Si bien la crisis del COVID-19 no acabará con la globalización, es probable que cambie de forma. La globalización, que ha sido una característica definitoria del mundo moderno, podría experimentar una transición decisiva desde la "máxima globalización", tal y como la conocemos, hacia un orden global más desintegrado.
La respuesta global a la pandemia, aparentemente desordenada, podría indicar que las agendas nacionales están priorizando su soberanía estratégica y económica frente a la acción global. Sin embargo, las instituciones multilaterales, aunque estén debilitadas, van a seguir pidiendo solidaridad mundial y respuestas políticas como la única forma viable de avanzar para resolver los problemas mundiales que enfrentamos.
Perspectivas resultantes (y su probabilidad)
Analizamos ambas declaraciones y las perspectivas de que se cumplan.
Declaración A: Para 2030, la crisis del COVID-19 habrá estimulado una mayor solidaridad mundial, una colaboración más fuerte y reforzado un mundo abierto.
"Creo que el COVID-19 nos ha dado una comprensión de lo pequeño que es el mundo, un virus desarrollado en Wuhan afecta a todo el mundo, incluso a Groenlandia. Este entendimiento será una base para un enfoque que necesitamos para cooperar a nivel nacional. A pesar de que la globalización nos trajo COVID-19, también nos trajo las herramientas para resolver colaborativamente la crisis". (Probable)
"Esta es una pregunta clave, pero como la economía es el campo de batalla colonizador, uno esperaría un compromiso continuo. La medida en que el "público" (compartirá) una visión de un solo mundo es incierta y está abierta a la "influencia" política. Los líderes más efectivos en esta pandemia de COVID tienden a tener perspectivas más abiertas". (Probable)
Declaración B: Para 2030, la crisis del COVID-19 habrá acelerado un orden global más desintegrado y habrá creado un mundo menos abierto.
"Las instituciones transnacionales como la UE, las Naciones Unidas, la OMS, etc., parecen enfrentarse a una década de disminución de la confianza, el desafío y la desintegración". (Probable)
"En el corto y mediano plazo de las secuelas del COVID-19 se abrirá una división internacional en la que las agendas nacionales tendrán prioridades. La lucha internacional por el poder se intensificará a escala geopolítica y solo el tiempo dirá quién sale relativamente más fuerte. A más largo plazo (pasado 2030), la colaboración global reforzada es la única forma de resolver los problemas globales que enfrentamos, pero COVID-19 es un golpe inmediato para esto". (Cierta)
A nivel macro, podría argumentar que el orden global ha cambiado fundamentalmente. Ya no es un orden mundial posrealista formado por estados nacionales soberanos, sino más bien una serie interconectada de individuos y corporaciones hiperricos. Debe tenerse en cuenta que estos individuos y corporaciones hiperricos han aumentado enormemente su riqueza ya con el COVID-19". (Cierta)
Hemos visto esfuerzos deliberados para socavar el orden global, ya sean los esfuerzos de los países afectados al principio para engañar o aplicar presión política a estos organismos internacionales, o esfuerzos más recientes para socavar su credibilidad y evitar que actúen mediante la eliminación de recursos". (Cierta)
Quizá te sorprenda este formato, con afirmaciones o citas sobre el futuro. Es parte de la metodología Delphi, donde se plantea un formulario avanzado que permite a los participantes (los 28 expertos) monitorear la opinión general, los cambios y el consenso, así como cualquier comentario o argumento de otros participantes en tiempo real. Normalmente es de manera anónima, y en este caso sólo encontramos afirmaciones probables, pero en nuestro resumen ejecutivo podrás ver otras afirmaciones que solo son posibles, e incluso algunas que son poco probables, del mundo que nos espera tras la pandemia.
¿Quieres conocer más perspectivas sobre el mundo post COVID-19?
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Ask a futurist es una sección de Orâkolo en la que Claudia Quirós o alguno de sus colegas futurólogos explican algún tema de interés sobre las tendencias y el futuro que nos espera.