¡Es hoy! ¡Es hoy!… Ya hemos aterrizado de lleno en el esperado 2021.
Lo que vivimos estos últimos meses nos ha dejado grandes enseñanzas. Ya sabemos que hay elementos como la resiliencia en los negocios, que deben estar en nuestra agenda del 2021 y mantenerse al menos por los siguientes 10 años... Pero hay algo nuevo en la lista de este año: el propósito.
Antes de nada, podemos señalar cuatro de los grandes retos que tenemos por delante: los económicos y sanitarios, muchos de ellos agravados por la crisis del COVID19; y dos que siempre están ahí y que cada vez son más urgentes: los retos climáticos y lograr la equidad. Es más, podríamos decir que la equidad es todos ellos al mismo tiempo. Porque la desigualdad es un problema complejo, de varios componentes y creciente. Todas sus aristas son el gran TEMA.
La buena noticia de hoy es que ya llegó el 2021 y podemos decir que muchos de los riesgos son previsibles y prevenibles. Por este motivo, es un gran momento para hacer un mapa del futuro.
La primera tarea es descubrir si estoy en ese mapa o qué parte de mi formará parte de él: ¿Mi trabajo? ¿Mis habilidades potenciales? ¿Mis proyectos inmediatos? Y después, contestar a la siguiente pregunta: ¿En qué contribuye mi trabajo, mi habilidad o mi proyecto a un futuro deseable para todos?
Toma unos minutos (o lo que necesites) para reflexionar… ¿Lo tienes claro?
Las preguntas adecuadas
Si la respuesta es negativa, existe un camino para ubicarte dentro del mapa del futuro y trazar tu ruta hacia él.
Lo más importante es “significar algo”; definir tu propósito de estar en ese roadmap del futuro. Porque el futuro estará marcado por todo aquello que hagamos o seamos capaces de hacer para solucionar los problemas globales, los que nos afectan a todos.
El año pasado hablamos mucho sobre la resiliencia, negocios resilientes e insistimos en que debemos hacernos preguntas tales como: ¿Qué tan resiliente es tu negocio? o ¿qué podemos hacer para aumentar la resiliencia empresarial?
Gran parte de esa discusión se ha centrado durante la pandemia en las cadenas de suministro, ya que estas tuvieron que interrumpirse de manera muy brusca.
Sin embargo, con el paso del tiempo se han ido enfocando, cada vez más, en otros aspectos. Los más importantes son:
Negocios Resilientes: Más regeneradores.
Resiliencia en la demanda: Entender lo que resuelves para otros, redefinición y enfoque del nuevo escencial.
Resiliencia sistémica, que incluye un proceso de 6 pasos: anticipación, monitoreo, respuesta, recuperación/regeneración, aprendizaje, y "self-monitoring".
El propósito y la resiliencia
Todo esto tiene una relación directa con el “Propósito” (el cual ya veníamos observando en el Radar de Tendencias Noviembre: El Futuro del Trabajo, que todavía puedes descargar a un precio especial).
El propósito es un factor fundamental para la resiliencia, ya que la falta de propósito puede debilitar drásticamente la resiliencia de una empresa: basta que los empleados crean que sus trabajos no tienen sentido para que la resiliencia del negocio resulte dañada. Por eso, cada cierre durante la pandemia debió llevarnos a una nueva ronda de reflexión sobre lo que es relevante o esencial, y lo que no lo es pero lo será en el futuro.
El COVID-19 ha sido un tema que ha afectado fundamentalmente al ámbito de la salud. Estos riesgos para la salud afectan profundamente la resiliencia, pero también es cierto que muchas empresas que tienen un propósito claro, enfrentaron y enfrentan otros riesgos existenciales, ya sea porque su propósito es obsoleto o porque la sociedad cambió y tiene nuevas necesidades y demandas. Por eso, una parte fundamental de la resiliencia es saber cuándo se necesita un propósito nuevo.
Por lo general, los riesgos llegan de forma gradual y constante. Pero cuando los riesgos son exponenciales, por su naturaleza, sus efectos pueden percibirse de forma repentina. La buena noticia es que estos riesgos son sorprendentemente previsibles. Podemos detectarlos desde un principio y observarlos: tenemos que ver de cerca el tiempo y el momento en que aumentan.
Sabemos que no es fácil comprender el cambio exponencial, y sí, el entorno empresarial es más dinámico de lo que solía ser, pero lo más difícil es no cuando no identificamos tan claramente que por qué se dice que es el fin de los negocios “como siempre”.
La pandemia es posiblemente el evento individual más perturbador en décadas, pero aunque gran parte de la humanidad lo haya vivido como un evento inesperado, era identificable y previsible. La resistencia a los antibióticos, la mutación natural de los virus y la propia evolución humana (entre otros factores) hacen que el riesgo de que una nueva pandemia vuelva a propagarse por el planeta siga estando latente. Por lo tanto, la resiliencia empresarial significa adaptarse constantemente.
Resiliencia no significa poner barreras o esconderse hasta que la crisis termine, y después regresar rápidamente a la antigua normalidad; Significa adaptarse constantemente al cambio, impulsar las transformaciones que queremos ver, comprender la situación, planificar hacia nuestros objetivos comunes y actuar en consecuencia. Pero para ello, necesitamos tener los ojos muy bien abiertos para observar, monitorear, comprender, planificar y actuar.
No hacer nada también es una opción, pero recuerda: la inactividad influirá en tu futuro. En realidad, este es un momento único, no solo para soñar aquello que deseamos, si no también para diseñarlo. ¿Aprovecharemos esta oportunidad la humanidad o la dejaremos pasar?
Te puede ayudar
Si planear 2021 es importante, conocer el mapa de ruta hacia 2030 es vital.
La agenda para los diez años siguientes es previsible y es bastante clara. Por eso hemos hecho para ti un Radar de Megatendencias Globales donde te decimos todo lo que debe estar en tu agenda de innovación y cuando.
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Además: Más preguntas al futurólogo.
Ask a futurist es una sección de Orâkolo en la que Claudia Quirós o alguno de sus colegas futurólogos explican algún tema de interés sobre las tendencias y el futuro que nos espera.
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